lunes, 14 de septiembre de 2009
Mentiras
Va a mentir y se percibe, aumenta sus pulsaciones y el torrente fluye desprevenido hasta la superficie de sus células, que decoloran y se estremecen intermitentes de un rojo fuerte a un pálido amarillo. Las manos son terremotos y los ojos cubiertos bajo la trinchera de los parpados, disparan vigilantes e inquietantes persecuciones que se tejen de la nada bajo una amenaza continua. Ya no es su corazón sino él quien esta latiendo allí parado y en todos sus contornos, mientras que aquel cubierto universo cardiaco permanece totalmente detenido dentro, manteniendo la poca coherencia y mintiendo con lo último de su organismo que todavía no lo traiciono, siempre hasta el final, perdido en otras tierras y a riesgo de alejarse tanto como para perderse en el camino de vuelta a su propia corporalidad.
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