viernes, 11 de enero de 2008

Asalto

Doblaba en la esquina de Pedregales, tomaba la plaza por un atajo que solo él conocía para surcarla rápidamente, hasta toparse con unos muchachos que hablaban una lengua desconocida en el último segundo. La mayoria cargaba armas y al verlos adivino en sus ojos que estaban dispuestos a robarle para hacer pagar su indiscreción. Todas las noches lo asaltaba el mismo sueño.

2 comentarios:

Marie dijo...

Es mejor que te roben en un sueño, y no que te roben los sueños...

Maria Coca dijo...

Este sueño se convirtió en pesadilla.

Besos desde mi orilla.