jueves, 30 de septiembre de 2010

Sombras

Como cuando era niña la ventana observaba siniestra a sus espaldas respirando fuerte, dejando entrar a la noche y las sombras, a los ruidos desconocidos y las palabras sin fuerza que cambiaban de tono de voz al filtrarse. Esa noche Sofía descansaba en su habitación temblando por dentro pero muy quieta, mucho más despierta que nunca, absorbiendo cada sensación del ambiente con los ojos completamente cerrados. Despues de los dos disparos que sintió demasiado cercanos ella sabía que habría que evitar los movimiento bruscos, las respiraciones fuertes y las quejas, pronto todo sería un mal recuerdo y aquellos dos hombres extraños que recorrían el cuarto revolviéndolo todo, escaparían por la misma ventana por la que entraron devorados por la noche. Solo había que aguantar, porque estaba segura que ninguno de los gritos y amenazas podrían llegar a tocarla en tanto permaneciera así, flotando en un rincón del cielo raso, demasiado atemorizada todavía como para reaccionar y mirando su cuerpo vacío desde un nuevo ángulo.