martes, 26 de marzo de 2013

T-shirt


Con humilde ferocidad se oculta bajo otras prendas, 
sintiéndose absurda y descolorida, olvidada u obsoleta, 
rasguñando con timidez desde el fondo con su pálido azul. 
Esa que supo ser la predilecta, 
pegada a mí como una sombra acompañándome en las risas y las tragedias, 
manchándose con mi sangre, mi sudor y atormentándose de mis torpezas. 
Ella que brillo conmigo, que fue testigo de algunas proezas, 
hoy duerme en un limbo con el peor de los olvidos, 
aquel que no es perpetuo ni ligero, ni espeso o volátil, 
aguardando su destino como puede, aquella vieja remera.