jueves, 28 de enero de 2010

Remigio


Remigio solía desplegar unas alas pequeñísimas para el deleite de Andrea, que lo veía viajar despreocupado elevándose por encima del barrio, surcando nubes espesas y haciendo algunas piruetas solo para ella de tanto en tanto. Como un ángel esa noche Remigio se elevo alto, giro unas vueltas peligrosas recitando algún tango de los viejos, hasta que un inmenso grito desde abajo salpico sus entrañas derribando su cuerpo de manera instantánea hacia el vacio, atravesando las ramas de un árbol, un techo mal pintando y finalmente el impacto sobre la cama de Andrea, quien venía aturdida de soñar otros asuntos, compartiendo aquel destierro ingrato fruto de una llamada telefónica con número equivocado.

lunes, 25 de enero de 2010

Conspiraciónes


Solo un día del año allá por el mes de octubre, los conflictos crecían en la cocina de Irene alterando el hogar. Los cajones se sublevaban de manera indecente, las cucharas se negaban a meter sus cabezas en el postre, los cuchillos convencían a los tenedores para organizar un complot contra los vasos y una de las servilletas intento suicidarse con la hornalla de la cocina. Las ollas bajo la alacena, se quedaban inmóviles, así como asustadas de tanta rebeldía, escuchando de cerca muy atentas cómo iba la cosa, mientras que las asaderas se amontonaban en un costado sin darle mucha importancia al asunto y en la parte de arriba un colador gastado y verde, pasaba la poca información que iba obteniendo de lo que acontecía en el cajón de la izquierda por el eco de los muebles. Esta noche el plan tendría su gran oportunidad, un sospechoso silencio se adueñaría de todo y las manos torpes de Irene llegaran cansadas del trabajo para ir tanteando de memoria los cubiertos; entonces la panera vacía se encargaría de estorbar en el camino; la radio esperaría su turno con el cable pelado por aquel paciente rayo de sol que se cuela todas las mañanas por la ventana y en el momento correcto el cuchillo resbalara contra el vaso empapándolo el cable con astuta discreción. Despues el drama de un chispazo brusco, la oscuridad y un pequeño humo final de coronación, para que por fin los otros inquilinos de la casa por fin obtengan su glorioso triunfo. Ruido de llaves. Irene entra. Hace mucho calor para la época. Abre la heladera. Tiene mucho hambre. El momento de la conspiración ha llegado.

viernes, 22 de enero de 2010

Grados

Un té sin azúcar, el ventilador encendido en invierno y la colcha marrón llena de pelos, comida y pasto comenzaron a desviarlos. No es que ella fuera mala, ni que las intenciones de él rozaran lo perverso, pero ambos sonreían muy poco en aquella época debido a los pronósticos del tiempo, las comidas frías y la sensación térmica de los periódicos. Todo comenzó una noche en la que el dentífrico descansaba destapado en la bañera sobre un jabón desecho, mientras ella llevaba de un lado a otro su cepillo de dientes gastado, con espuma en la boca y un enjuague de agua caliente, cantando quejido a quejido lo que Augusto debería hacer con su vida. Fue allí cuando se hizo perceptible el asunto, la realidad se torció de lado y un diminuto abismo nuevo se instalo en el centro de su pecho. Augusto finalmente había descubierto el momento de la variación, esa irreparable conmoción en la que solamente hacían falta unos pocos grados y algo de tiempo, para producir el desplazamiento final de las paralelas que conduce sin remedio a seguir cada uno por caminos separados.

lunes, 18 de enero de 2010

Recorrido


El impacto de una revelación se fue anticipando en el estomago recorriendo vericuetos inesperados sobre el torrente sanguíneo, acelerando los sentidos y llegando a confundir con ideas, especulaciones o adivinanzas el entendimiento hasta llegar a su cara, trepar suavemente la comisura de la boca, alcanzar el borde externo de los orificios de la nariz y con inocente entusiasmo colarse con temor en sus ojos delatores, que pedían a gritos que la engañaran un ratito con mas palabras dulces antes de quitarse la ropa.

jueves, 14 de enero de 2010

Ingredientes


Para realizar el siguiente plato usted requerirá de una planeación previa, tómese su tiempo y con mucha dedicación obtendrá resultados maravillosos. Consiga una o varias personas de cualquier raza, color o ideología política, preferentemente que cada una logre obtener su simpatía y ese aroma de confianza tan importante de toda buena preparación. Mezcle una pizca de rapidez, soltura y velocidad con un toque de buena charla, asegúrese previamente de mantener este tipo de relación de manera positiva durante varios años.


(Consejito: si usted no ve a esta persona durante mucho tiempo y de casualidad se la encuentra, pongamos por caso en la cola de una verdulería en Burzaco, la clave para conocer si todo marcha bien se encuentra a la vista a los pocos segundos, con un clima ameno de total naturalidad en el cual pareciera como si ustedes no se hubieran visto hace más de dos o tres días.)


Una vez que haya cultivado un vinculo confiable y prospero en su compañia, a base de realizar actos de dudosa reputación que pueden variar según el sexo, (y van desde tocar timbres y salir corriendo, emborracharse, alguna vez enfrentase a trompadas con desconocidos, en lo posible viajar, hacer deportes, insultarse con un brutal y cotidiano entusiasmo, hasta conquistar mujeres, quemar hormigas con lupas o teñirse el cabello, entre otra infinidad de cosas a gusto del consumidor), dispóngase a exponer sus incidentes vergonzosos, que para el caso tal vez ya serán en su gran mayoría bastante evidentes. Sin ningún tipo de temor exprímalos con total indiscreción y acidez, rebanándolos una y otra vez hasta desmenuzarlos. Con el tiempo aquello que lo perturbaba ira tomando colores poco convencionales, se hará más llevadero vivir y usted tendrá un lugar seguro donde burlarse de sí mismo siempre que lo necesite. Recuerde guardar esta receta y realícela preferentemente sin ningún tipo de prejuicios, siguiendo unos sencillos pasos usted podrá disfrutar junto con amigos y familiares de una existencia mas saludable. Entonces que está esperando, manos a la obra y…A cocinar!!!!

lunes, 11 de enero de 2010

Confianza

No confiaba en ella a pesar de las grandes experiencias vividas, dejando que innumerables sospechas terminaran por opacar el obligado vinculo que los unía. Su torpeza agravada lo impacientaba conociendo de antemano que pronto lo iba a afectar, no sabía bien cómo ni cuándo, pero la certeza se había instalado desde hacia tiempo adentro suyo, obligándolo a mirarla con cierta distancia y cuidando cada detalle con atención. Comprendió que su fuerza nunca fue la misma, como tampoco la actitud para enfrentar los esfuerzos necesarios que facilitan las tareas cotidianas, y fue quizás por eso que no se sorprendió demasiado del olvido, de su inoportuna impotencia y completamente paralizado, observo aquella última distracción fatal de su mano izquierda dejándose arrastrar por la maquina picadora de carne, casi hasta el final del trayecto.

jueves, 7 de enero de 2010

Inspiracional


Era un local algo pequeño con una fachada llamativa, una puerta verde y dos grandes vidrieras. En una de las vidrieras textos dispersos y dibujos, artefactos coloridos y fotos, en la otra varias maquinas de fotos, una de video, luces y muchos libros. Su interior era más grande de lo que parecía, con varias góndolas que daban la sensación de estar en un supermercado, carteles indicadores y un plano detallado sobre un muro. El primer sector estaba lleno de fragancias conocidas de perfumes, lugares y comidas, en el segundo había varios cuadernos escritos con letras forzadas y otros con dibujos de niño. Más atrás reconoció una pila de libros viejos todos prolijamente subrayados, juguetes descompuestos, piedras de colores, muchas fotografías, una guitarra roja y un set de pinturas. En el fondo ya no llegaba la luz, una tela separaba el último rincón protegiéndolo de todo acceso, pero la imagen era tan fuerte y la oscuridad tan grande, que sus piernas no se atrevieron a entrar. Una mujer muy hermosa salió de allí, la miro a los ojos profundamente y creyó reconocerla. En su andar distante se mostraba tan distraída, inquieta y esquiva, que apenas lo miro cuando le entrego el vuelto por una vieja libreta escrita con algunos textos en birome azul. Extraviado por la experiencia salió a la calle, no reconoció a nadie, ni siquiera a la ciudad que lo esperaba calurosa para volver a abrazarlo con sus sonidos y su cemento. Sin mirar atrás llego hasta una plaza cualquiera, encendió un cigarrillo y abrió la libreta. En las dos primeras páginas había palabras descompuestas, textos sin sentido, mas adelante reconoció un estilo familiar y luego de la séptima hoja varios fragmentos de sus propios textos. Atemorizado decidió volver a la tienda pero jamás logro encontrarla nuevamente y al poco tiempo cayó preso de una extraña disposicion anímica similar a una enfermedad, que lo llevo a ir perdiendo poco a poco su entusiasmo creador en pesadas cuotas mensuales, olvidando por completo aquel altercado de ojos esquivos que le dejo como último trozo de inspiración aquella libreta hoy adormecida en la biblioteca.

lunes, 4 de enero de 2010

Contexto

La mancha de tinta seguía expandiéndose sobre la alfombra, la ventana suspiraba entreabierta y una música volaba por la habitación posándose en los muebles. El perro observaba pacientemente echado en un rincón a la biblioteca oxidada atestada de libros, polvo y humedad. El espejo, un vaso con agua. Algunas hojas descansando bajo la amenazante birome negra, que no se dignaba a bailar caligraficamente sobre ellas y en el medio de la habitación un hombre, escogiendo cada palabra con minucioso cuidado, aleteando las yemas de sus dedos con vuelos breves sobre la vieja máquina de escribir, dejando impreso el mapa de una carta con una estela de palabras que solo ella leerá.

viernes, 1 de enero de 2010

Egresos


Se fueron perdiendo de a poco entre los carteles y las calles que devoraron inmensos edificios antiguos vomitando nuevos. Se fueron acabando las referencias, los signos, las pistas y pronto la ciudad entera dejo de parecer la misma, convirtiendo a casi todos sus habitante en extranjeros dentro de su propia tierra, alejándolos con paciente perversidad de algo que ya pocos recuerdan y dificultando para siempre la tarea de regresar a su extraviado país.