jueves, 15 de octubre de 2009

Especulaciones

Álvaro tomo el apunte y se propuso leer hasta el final, por más largo que sea el asunto. Temía que el peso de cada palabra se le fuera acumulando en la vista junto a las lagañas matutinas, pero estaba dispuesto a terminarlo cargando un equipaje molesto y sin sentido, que además debía aprenderse muy bien para el examen. Calculo cinco horas para finalizarlo, especulando por supuesto pequeños tiempos muertos y distracciones, mientras miraba de reojo la pila de resúmenes incompletos faltante. Todavía faltaban dos semanas pero tenía fé que el apunte iba a ir desmembrándose lentamente hasta su completa comprensión. Pasados los tres primeros días se agotaron las primeras páginas. Es cuestión de interesarse en esto de manera progresiva, se decía entusiasta tomando el lápiz con cara de concentración mientras subrayaba ideas, fijaba estructuras y remarcaba conceptos que en la semana debian ir tomando forma. Las distracciones se hicieron grandes, los descansos prolongados y el abismo inmenso de la impotencia lo dejo parado a solo dos días del examen. Era absolutamente necesario terminar con este puñado de páginas restantes, ya cansado de contar miles de veces las hojas que le faltaban. Pero bueno, después de todo tampoco era para morirse si no llegaba, y al salir de aquella masacre llamada examen de dos horas con los apuntes a medio leer, se tiro abatido en un banco de madera cercano. La exigencia del profesor, las preguntas confusas y esa alteración tan eléctrica que todavía llevaba encima, lo impulso a tomar una vez más el apunte buscando corroborar todo lo que había escrito. Allí estaban ellas, las malditas respuestas, alineadas una a una detrás de esa perversa táctica que su evaluador repetía una y otra vez sin que él lo supiera, escogiendo preguntas en referencia a las ultimas paginas del apunte para poder corroborar su lectura, y que ahora mismo parecían reír burlonas desplegandose a destiempo completamente desnudas frente a él.

No hay comentarios: