jueves, 16 de abril de 2009

Burocracia

Monedas frescas entibiándose de a poco en los bolsillos, y las almas van transportando una cabeza por cuerpo, calzandose las suelas de los zapatos en continua fusión con medias y pies, mientras las narices y los pañuelos se saludan y el despertar se hace continuo, especulando para vencer la delicada caricia de cerrar los ojos un rato mas sobre el asiento del bus por no perderse en el camino. Llegar se hace lento y para peor a partir de ahora por decreto nacional todo esta corrido dos metros de su lugar original, la vereda, los chistes, las palabras, el escalón, convirtiendo a la ciudad en un revoltijo singular, en un interminable desfasaje espacial plagado de nuevas e interminables mañas organizativas para calcular aciertos y agudizar la vista hacia lecturas a la distancia…

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