lunes, 29 de junio de 2009

Guerrera

La señora Ojeda miente contra todo pronóstico. Atada al entrevero de su cuerpo que no para de delatarla dobla el sentido en pausas y se detiene sobre el tiempo, escogiendo sus armas frente a la caja de herramientas. Conoce la situación, la decora sutilmente y aunque le agrega palabras nuevas fortaleciendo una experiencia inexistente, sabe que ya ha vivido lo suficiente como para adivinar el próximo paso. La batalla se torna inminente, sus pasos titubeantes amenazan con la partida, mientras un frio de metal recorre sus manos inquietas. Ante el coloso se arrodilla analizando la situación, y arremangándose el pullover marrón levanta la mirada hacia el conflicto, adormecida todavía por la audacia de enfrentarse ante aquel infierno subterraneo, insistiendo con fiereza contra los monstruos sucios y peludos de la tapada cañería, entre charcos y derrames, entre olores y basuras desconocidas sin darse por vencida, luchando sin descanso hasta que la inundación finalmente comienza a amenguar.

No hay comentarios: