jueves, 11 de junio de 2009

Posibilidades


"Para algo van a servir": decía Benavidez y guardaba las tuercas, los tornillos y los clavos en cada lata especifica de membrillo oxidada, para luego acomodar las placas de madera, los trozos de metal y las herramientas, muchas de ella improvisadas, en el galpón de la terraza. Cada nuevo hallazgo de un objeto representaba mucho para él, como una suerte de aventura indescriptible con posibilidades de construcción infinitas, llenas de imaginación y misterio. Paso años recolectando y clasificando cada uno de sus hallazgos, categorizándolos en un rincón especifico, con la certeza precisa de que para algo iban a servir. Los años transcurrieron voraces y Benavides esperaba en el galpón aquel destino final, donde las piezas se ensamblaban una y otra vez en millones de formas distintas. Algo estaba siempre latiendo alli. Alguna creación nacía o moría a cada instante, pero Benavides no quería construir nada, por ahí no pasaba su intención y cansado se sentaba a observar en medio de la calma su orden personal, reconfortándose en la futura chance que anidaba en sus hallazgos, soñando maquinas voladoras con aquel sucio motor de automovil, la construcción de un palacio hermoso y celeste o un mueble de esos antiguo, entre millones de otras cosas que se podrían llegar a realizar, con todos aquellos maravillosos elementos repletos de posiblidades.

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