lunes, 24 de agosto de 2009

Cambios

Un día sin querer doblo en la esquina incorrecta, pidió un café en un bar al que nunca había visitado y compro un diario que nunca leía. Esa misma mañana camino demasiado perdiéndose entre calles desconocidas, subiendo a un colectivo marrón en una parada concreta con el cambio justo, para dormir contra la ventanilla e irse despertando un poco antes de llegar a una estacion particular donde sospecho que debía bajar, luego se planto delante de un edificio, subió unas escaleras y dejo el sobretodo colgado de memoria en un rincón. Al entrar todo era gris y como si nada con total naturalidad, saludo a una muchacha que tenía un aire muy familiar que no llego a recordar de donde. Entonces la computadora gris, una foto sobre el escritorio de una persona con rasgos muy parecidos a él, y un grupo de señores de traje que confundieron su nombre tres veces no consecutivas, creando un clima incomodo que por cortesía decidio no corregir. Luego el vacio, la avenida rugiendo feroz en la ventana, dejandolo por completo perplejo y distante hasta ser atrapado por su silla, sucumbiendo ante la tentación de cambiarse nuevamente de vida apenas consiga otra nueva oportunidad de perderse.

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