jueves, 17 de septiembre de 2009

Abismo

Laura estaba en un rincón. Miguel se acerco tranquilo y la observo unos segundos antes de reconocer aquella figura juguetona que bailoteaba sobre su rostro. Era algo similar a un abismo pequeño de forma irregular, que se había ido a instalar en su frente desde siempre, pero recien llego a reconocer por primera vez mientras conversaban. Entonces entendio en solo un instante el motivo por el cual cada vez que volvían a encontrarse ella traía consigo un mareo sustancial, la sensación de caer, de hacerle perder el aire y una resequedad en la boca similar a haber extraviado todas las certezas en algún lugar irresponsable la noche anterior, sin poder evitar dejarse caer una vez mas en aquel punto ciego de su rostro que parecía no tener fin.

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