lunes, 7 de diciembre de 2009

Dobles

Llevarla al libro era capturarla, tenerla prisionera en su mundo entre unas cuantas líneas y obligarla a reaccionar espiando sus secretos, convirtiéndola en lo que quisiera u obligándola a pintar con tres viejos cepillos de dientes todo su departamento. Se dispuso a recrearla en cada uno de sus detalles para configurar una filosofía de su carácter, pero ni siquiera se acerco al objetivo y vencido a sus encantos dejo tirado al personaje en el capítulo 2, y salio corriendo enérgicamente a buscar a la indescifrable e impredecible original a su casa.

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