martes, 1 de diciembre de 2009

Combate

Osvaldo enfrento la verdad un día cualquiera piloteando su taxi en el turno nocturno . Al momento del combate conocía de antemano que solo había dos opciones, una de ella armoniosa, donde el cuerpo se movía por si solo desplazado por una fuerza implacable cantando al ganador, y el otro, lleno de golpes, dolores y torceduras forzadas donde el equilibrio era inconstante y había que esperar hasta el final para conocer el resultado. Aunque ya no tuviera el cuerpo de antes Osvaldo se empapo de una confianza sin límites, sin indagar demasiado en el asunto y se planto frente a su oponente, más grande e incluso más necio que él conociendo ambas opciones. En ese instante previo debía optar actuar como Steven Seagal, utilizando el odio y la fuerza del oponente saliendo de allí sin un solo rasguño de manera jactanciosa, sin que se le moviera un pelo hasta vencerlo, o trenzarse a muerte como Jean Claude Van Damme en una batalla donde cada tanto se sentiría vencido, en el suelo y a punto de retirarse para luego sorpresivamente tomar fuerzas y volver a la contienda. Dos caminos, una batalla y en unos segundos Osvaldo estaba a punto de conocer el suyo.

No hay comentarios: