lunes, 14 de diciembre de 2009

Provisiones

Buscó por todas las habitaciones desesperado, en la alacena vacía, debajo de los sillones, sobre la curvatura de la cintura de Silvina al inclinarse a recoger un trapo viejo que usaban para sacar las cosas calientes del horno y no recordaba cuanto hacia que no lavaba. Observo con detenimiento las agujas del reloj, el cesto lleno de papeles rotos que parecía formar una flor preciosa rociada de palabras como agua, examino los cajones, las repisas, los zócalos pero una y otra vez se percato que no quedaba ni una sola pizca en toda la casa, entonces sin dar más vueltas corrió a la calle a conseguir algo de inspiración con una libreta en la mano, antes que las ganas de volver a soñar se esfumen y ese extraño adormecimiento que ya empezaba a sentir en las piernas termine por invadirlo todo.

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