lunes, 16 de noviembre de 2009

Señales


Los nuevos problemas les llenaban de preguntas sus cabezas. Buscaron explicaciones racionales, teoremas y estructuras aplicables de sentido para solucionarlos, pero no había caso, ella seguía tejiendo una red enorme entre los dos árboles del patio, mientras él volaba sin ataduras ni orientación fija sobre la ciudad, buscando pronto aterrizar sobre alguna terraza.

Algunos vecinos decían que lo hacía para cazar pájaros, otros que simplemente estaba loca, la cuestión es que Verónica tejía incansable ovillo tras ovillo entre las ramas, mirando cada tanto al cielo perdida entre sus cosas para descansar la vista.

El suelo se extrañaba mucho, hacia más de un año que no se detenía y Alfredo necesitaba como fuera posible parar. Pero tampoco era tan malo, pues en ese entonces ya se había aprendido algunos trucos y si dejaba de respirar un rato o movía sus brazos con energía, podía llegar a predecir donde lo llevarían las corrientes del viento con cierta precisión.

La ciudad es grande e impredecible, la red de Verónica crece semana a semana, el vuelo deAlfredo se hace más controlado con el tiempo. Nada mas se puede decir, ahora solo resta esperar.




1 comentario:

Palabras como nubes dijo...

Bien!! Me gustó este final no tan abierto y no tan cerrado.
Saludos
Jeve.