lunes, 30 de noviembre de 2009

Shine

Desafinada hasta la incoherencia la descubrió mintiendo. Alma lo vio llegar y tembló ante el vértigo de una posible despedida, envuelta por entero en un espeso humo ajeno bajo la oscura incertidumbre de otro mal trago. Tendría que volver de alguna manera a la realidad e improvisar un poco sobre la marcha con disimulo frente a Ignacio, olvidando aquel asunto con ese fulano que poco a poco se iba alejando hacia el otro lado del bar jugando al distraído. Levemente ella fue desentonando las palabras indicadas, esas que siempre guardaba para una emergencia y tenían un efecto tácito en los dos, como una tregua para calmar el panorama, conociendo que de forma irremediable la situación desembocaría en un beso, mientras sus ojos siguieran brillando todavía de aquella manera.

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