lunes, 10 de noviembre de 2008

Admiradores

El peso del los caprichos y antojos fue creciendo en dimensión y demanda hasta erosionar el orden vigente y filtrarse en el modo de sentir de la sociedad. Ya no queda nadie hoy en día que no reclame constantemente altares, helados, comidas extravagantes y homenajes de todo tipo por destapar latas dificultosas, limpiar un piso o conquistar a otra persona. Por este motivo cada persona vaga sola por el mundo, como perdida, buscándose admiradores y el verdadero negocio, el que mejor paga ahora y por ello resulta más dificultoso de mantener y realizar, es convertirse en fanático a sueldo de cualquier perejil para festejar sus monerías.

2 comentarios:

dijo...

danático, obsecuente, un muñeco.
mil besos

Maria Coca dijo...

Un relato con mucho trasfondo. Muy filosófico. Me gustó.

Besoss