jueves, 11 de diciembre de 2008

Devoluciones

Después de matarla en su cabeza fueron alineándose cada uno de los elementos constitutivos de aquel acto casi al azar, apareció un arma pequeña, la escalera alta y los pasos lentos, la escapatoria por la ventana de atrás y una coartada solida con los muchachos del bar. Todo el esquema brotando en conspiración con el silencio, haciendo lo suyo en falso sobre el inconsciente mientras tosía rabioso por un mal cigarrillo del lado de afuera de la casa, esperando sobre la vereda junto al frio de la noche a que el espíritu de la muerta le devolviera sus discos compactos.

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