martes, 30 de diciembre de 2008

Vestimenta




Flotaban los fantasmas a lo lejos mientras conversaban con el viento vaya a saber uno que cosas, alineándose inquietos uno con otro, alternándose en tamaños, formas y colores, tramando planes para lograr desabrocharse de la soga, todavía sin ningún cuerpo o alma que rellenar. Secándose al sol con ese olor a jabón en polvo a cuestas, Clara los veía desde la ventana de la casa que da al patio, preguntándose con que atuendo se presentaran los fantasmas. Tal vez será su ropa preferida, la que usaban todo el tiempo o que cuidaban con recelo, el traje con el que fueron enterrados o quizá imagino que en el mas allá exista una tienda dirigida por entidades especializadas, donde poder comprar un traje justo para cada tipo de fantasma, porque para ser sinceros no es lo mismo un fantasma vengativo, que uno sufrido o victorioso. Que seria de la historia si un gran prócer se presentara desalineado para asustar personas, seguramente causaria revisiones dramaticas provocando una gran vergüenza y humillación para todos sus familiares todavía con vida. Sentada todavía en la ventana, Clara observaba con atenciòn la ropa tendida desde arriba y soñaba con que prenda fantasmal iría a asustar a sus familiares por la noche cuando llegue su hora. Entonces delineo un escenario, un vestido negro y los gritos desconsolados de los parientes, luego un poco perdida miro las telas flotar sobre la soga del patio concluyendo que ellas también eran un poco como sus fantasmas, en vida eso sí y domesticadas para no escapar con vientos moderadamente fuertes, ni flotar por si solas por la galería asi como si nada para no asustar a los vecinos, pero fantasma, porque al fin y al cabo ellas también son como pedazos de apariencia.



1 comentario:

amandine dijo...

fascinante

besos llenos de luciérnagas y sueños.