viernes, 25 de abril de 2008
Carta
No se atrevió a mirarla por no leer su intención, era preferible dejarla descansar entre las sombras antes de desvestirla cuidadosamente, acariciándola en el trayecto para que no se ponga agresiva y taparla luego, para que no sienta frio, entre las páginas de uno de sus libros hasta el amanecer.
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1 comentario:
Con la luz del alba se leen mejor las cartas..
un abrazo.
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