martes, 29 de abril de 2008

Sofias

La Sofía de la noche se comportaba distinto, dejaba todo prolijo, se reía mucho y era muy interesante para conversar, pero siempre indefectiblemente llegaba la otra, la de la mañana. Aparecía así como de golpe, sin un dato clave o relevante entre manos, provocando incertidumbres, tirando objetos y llorando porque si, en una versión distinta de Sofía repleta de múltiples variaciones con las que resultaba imposible comprenderla y volvia a arruinarlo todo de nuevo, o por lo menos hasta el anochecer.

3 comentarios:

Maria Coca dijo...

Dos mujeres en una. Dos comportamientos en la misma persona... Perfecto descuadre escrito con magistral pluma. Enhorabuena.

Anilina dijo...

ouch! que feo cuando es tan notorio esos estados alterados...espero me deje dejar un comentario tu blog malo... ¬¬
saludos

Hitlercito dijo...

este tipo de cosas haría cortázar si estuviera con nosotros y tuviera un blog