jueves, 10 de abril de 2008

Trastocados

Lucio prefería a la enfermera Carolina porque tenia la habilidad de interpretarlo distinto a todas las otras, además era la única que podía trastocarle todos los sentidos en un instante sin que se diera cuenta, enseñándole sin querer y de a poquito a olfatear con las orejas, palpar con los ojos y degustar con las yemas de los dedos, cada suceso que ocurria en aquel lento devenir temporal del pequeño mundo hospitalario donde se encontraba varado.

6 comentarios:

: dijo...

Es que, sí, hay gente que posee la asombrosa capacidad de enseñarle al resto (aún sin proponérselo) a darle otra vuelta de tuerca a las cosas y no quedarse en meras concepciones culturales (la multi-funcionalidad de los sentidos ayuda también, claro)

Meche dijo...

"No debo darle" --> Mentira. Seguro que es capricho. Tené cuidado que puede llegar a hacerte pasarlas malas eh!
Ya vas a ver las cosas que me hace Mora a mí.

Y ni una palabra sobre Lucio o Carolina.

Buen finde :)

Tempus fugit dijo...

¡Qué ternura!
Esas personas valen...uffff


un abrazo.

Vanyz dijo...

Un poco de esperanza supongo...

Ahora entiendo...por el nombre del Blog digo.

Bs.

un viejo tanguero dijo...

¡Qué poder que tenía Carolina!
¿O era el amor de Lucio?
Un abrazo.

dijo...

Suerte la de Lucio, que tenía a Carolina, en lugares tan bellos y violetas, a pesar de ser un hospital...
Besos