viernes, 19 de septiembre de 2008

Mañanas

A esas horas el mundo se pone critico y la vida se desnaturaliza, cobra una crudeza matutina en el silencio y no crece una pizca de ganas de rendir homenajes o presentarse cordialmente entre colegas. En ese tiempo entre la cama y la ropa fría, cuando enciende el primer cigarrillo del día y abre la ventana del cuarto todo es más real, desde las quejas climáticas hasta el agua de la ducha. Pero va siendo hora de salir y no debe olvidar que las apariencias esperan en la puerta. Una lástima. Si lo hubieran visto hoy tan limpito que estaba.

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