martes, 13 de noviembre de 2007
Razón
No importaba que los otros tuvieran razón, ni que el error se plantara justo frente a él demostrándole que nada de lo que había creído hasta ahora era así, lo realmente esencial era sembrar dudas y plantarse en su propio artificio para seguir discutiendo contra los demás, hasta hacerlos entrar en su propia razón y que también se autoconvencieran de aquella gran y asquerosa mentira…
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2 comentarios:
El juego de la lógica que termina en ilógica. Interesante tema y un relato que dice más de lo que expresa.
Besosss
Cuán cierto es en tantos casos!! Y ese acto de autoconvicción, desgraciadamente, lo realizamos todos más de lo creemos...
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