jueves, 18 de septiembre de 2008

Deberes

No debía despertar tales pasiones, esas de llamadas inoportunas, apariciones inesperadas o gritos en avenidas transitadas demandando explicaciones, alguna reparación o caricias convulsionadas. Resultaba dificultoso llamar la atención de maneras contundentes o rotundas, así como hacen en la tele, con consignas pedantes o alegrías que siempre parecían insatisfechas, enigmas inconclusos o misterios de feria envolviendo a las palabras como papeles de diario repletos de noticias viejas. Alguna vez lo intento pero no podía, era casi imposible que las tratara mal a sabiendas, que dejara de escucharlas cuando requerían de su ayuda o se escapara a la mañana por no besarlas en la intimidad, en esa otra intimidad de la mañana tan distinta a la de la noche y sin embargo tan cercana en horas. Simplemente no estaba en él ser así, antes prefería sufrir en paz, mas bien como un solitario, luciendo orgulloso para si mismo el tapiz de su consciencia tranquila , sin manchas que quitarle a puño limpio o remiendos inventados a fuerza de carencias.

1 comentario:

dijo...

remiendos a fuerza de carencias, creo que ahí está la cuestión... y en no animarse a sentir...y sobre todo a HACER.
mil besos