En
el curso de algunas vueltas idiomáticas, desplegó sus trucos más ocultos sobre
aquella señorita hermosa para conquistarla. No lo sorprendió el destello de creatividad, ni la
historia detrás de aquel suceso. Ni siquiera se conmovió un centímetro, al
verse acertado en aquel pronostico tan desconcertante y preciso que su amigo le
revelara unos minutos después. Ella te quiere. El verdadero temor surgió al
verse sitiado por las convenciones, tiempo más tarde en su casa un día
cualquiera, sobre las colchas blancas con un par de medias agujereadas, lo
ataco la certeza de descubrirse como otro ser mediocre y predecible de este
planeta de un saque. Comenzó a sospechar que ahora ella también lo sabría
mortal, indefenso y nervioso tratando de llamar su atención con otro juego de
pavadas, y sin quererlo ya le resultaba imposible cambiar el aire para actuar otro papel. Es demasiado tarde pensó, mientras apagaba el ultimo cigarro y luego el cerebro
a la vez que el velador para no volver a recrear aquellos momentos innecesarios
en su lecho antes de dormir. Sin embargo ella desde las sombras, habitando todo
su mundo interior no lo dejaba de observar de frente con un dejo atormentado, que solo se podía leer como desprecio.
lunes, 6 de enero de 2020
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