miércoles, 7 de noviembre de 2007

Calvicie

Esperando esquivar con argumentos racionales y aplicar una contestación de jefe severo casi malparido, ante la burla o el desliz descuidado de algún comentario inapropiado, apareció pelado antes sus empleados, repartió las obligaciones como siempre y observo de cerca cada uno de sus movimientos. Nadie decía nada ni estaba dispuesto a reírse o sacar el tema de su repentina cabeza calva, a nadie le importaba y al percatarse de ello cayó en cuenta que en realidad eso dolía mucho más que cualquier otra broma que le pudieran haber hecho.

4 comentarios:

Puchi dijo...

Jeeeeee es cierto. La ninguneada es mucho peor que la broma mas cruel.

Saludos!

Maria Coca dijo...

Muy bueno. Dicen que lo más doloroso es la indiferencia y éste es un buen caso de ello.

Besos desde mi orilla.

Andrea dijo...

Muy bueno!
Por aquí ando de nuevo, encantada de visitarte!
Saludos lunáticos!

Tempus fugit dijo...

¡Qué bueno! Y qué profundo y real..
sí señor.

un abrazo.