martes, 24 de junio de 2008

Olvido

Salió tan apurado al mundo que se olvido de si mismo apenas atravezo la puerta de calle, sin llegar a reconocerse en su andar. Rodeado de una angustia seca, se vio obligado a buscarse sin respuesta en cada bolsillo, mientras el frio ringtone de su alma aullaba desesperado desde lejos, sobre la superficie de una vieja mesita de luz de madera.

1 comentario:

dijo...

Hasta que nuestra vida se transforma en un celular, en un aparatito sin el cual no podemos salir, ni vivir despreocupados, y es tan loco que en realidad es el aparatito que nos enloquece y nos desquicia... esperando un llamado, un mensaje, un algo...
Olvidarlo...es como olvidarse no???
genial!
besos