lunes, 1 de septiembre de 2008

Batallas

Con bastante frecuencia ella se quejara por nada a la hora inapropiada, abrirá la boca cuando no deba para debatir con abismal energía asuntos sin importancia, llorara en silencio y dormirá de espaldas acurrucada en la cama resguardándose en su propio mundo. Con bastante frecuencia él la escuchara sin ganas, cerrara la boca cuando es preciso para no debatir asuntos importantes, a veces sufrirá en silencio, solo a veces, e inevitablemente al terminar la contienda se dormirá extraviado sin saber muy bien que pasa, para olvidarlo todo al otro día como si nada. Ambos ya conocen demasiado bien las estrategias, los índices de tolerancia y por no quebrar las formas de enfrentarse decidieron esa previsibilidad, esos persistentes hábitos de prudente familiaridad, acompañados al ritmo de un vals donde a fuerza de rutina y ensayos, los pasos vienen demasiado bien aprendidos desde épocas pasadas.

5 comentarios:

dijo...

Yo entiendo... y me pregunto, valen la pena esas batallas? es que el amor las necesita? o es que ya no es amor y es hasta costumbre de jugarlas?
Te digo, cada vez adoro más venir para esos lugares... lo sabes!!!!
besos

Cecis ... funámbula dijo...

Me fascinaron todos los escritos que lei...tan claros..melodiosos...
Un abrazo

Ailu dijo...

me encanta lo que escribis :)

Anónimo dijo...

Uno de los mejores textos que he leido en mucho tiempo...

Maria Coca dijo...

Las batallas restan la paz que todos necesitamos.

Hermoso párrafo.

Besoss