lunes, 27 de octubre de 2008

Garantias

Arranco con un gesto grosero la vieja dedicatoria que su amante dejo hace algún tiempo en uno de los libros de Cortázar, saco una fotocopia, la puso en un sobre anotando la dirección indicada y detalladamente exigió en un papel anexo por correspondencia, conservando el original ante cualquier posible eventualidad, que se cumplieran las garantías allí expresadas al pie de la letra.

1 comentario:

dijo...

Lo escrito siempre queda, no? pero lo que sentimos se va. Y las exigencias sobre aquello que conservamos como un tesoro ya no pueden pedirse que se cumplan...porque vencen con el paso del tiempo y con la huída del amor.
besos