lunes, 30 de junio de 2008

Disputas

Inevitable especular con cada sorbo de gaseosa, con cada nueva porción, es que hacían falta por lo menos dos más de cada cosa y el hambre arrasa, no distingue sangre, ni amistad, solo arrasa al cuerpo que demanda alimento, mientras cada uno de los contendientes observa los movimientos ajenos, las prisas, calcula las cercanías, los tiempos de aproximación, el nivel de llenado en los diferentes vasos, inventa argucias y casi no habla para masticar con mayor velocidad y sin dejar de mirar la mesa, que ahora parece un campo de batalla, en el que ya todos saben que el resto también está pendiente de la situación y pelean por su tajada, combaten por sobrevivir la noche midiendo adversarios y deleitándose al escuchar a un sobreviviente herido de hambre y miedo, rendirse bajo el falso amparo de estar lleno y apurando su retirada, acusado de cobarde entre las miradas de los guerreros todavia en pie, justo en los últimos tramos de la repartija del botín.

2 comentarios:

dijo...

Inevitable disputa...

Meche dijo...

Puto el que lee.