miércoles, 11 de junio de 2008

Tos

El señor Aguirre tosía furioso en otro de sus tantos sacudones incontrolables detras de la nuca de Elías, como si le fuera a escupir aquella mucosidad acumulada en cualquier momento. No había escape, solo quedaba aguantar y disimular como fuera su estado de incomodidad encogiéndose en la silla, intentando hacer oídos sordos al penetrante, hueco y resonante sonido. Solamente eso, mirar hacia afuera aguantando la respiración por unas siete horitas más, hasta que fuera tiempo de salir del trabajo.

2 comentarios:

Meche dijo...

Tampoco habla de arito en el lóbulo de la oreja, ni de anteojos, ni de sombreros azules, asi que yo como estoy ahora podría ser una. (Suena de fondo Luis Miguel: Sueeeeña, que no existen fronteeeeras.)

Te decía que éste parece un sapo aplastado.

dijo...

y si, tantas veces uno se queda petrificado aguantando y aguantando... solo que otras pocas explotaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!