martes, 19 de febrero de 2008

Quiebre

La arrogante galantería quebrantada por un churro escurridizo, pisoteada por un mate ardiente y traicionero y aturdida en los murmullos de una morocha que envuelta en su vestido blanco no podía contener la risa ante el malevo herido, tendido en el asunto ya de culo contra el suelo.

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