martes, 12 de febrero de 2008
Segmentos
Nunca llego a amarla, a pesar de las miradas insistentes y los encuentros sutiles nunca pudo, entonces en silencio y centímetro a centímetro fueron alejándose sin el consentimiento de Carla claro esta, hasta que el último consuelo de ella se redujo a compartir la carnicería del barrio donde a veces todavía se encontraban de casualidad con él, casi sin saludarse, para compartir segmentos de una misma vaca en casas separadas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
me parece estupendo.
cuando no queda más, capaz que un pedazo de vaca es mejor que nada...
aunque sea en casas separadas.
pensé que te había agregado a mis favoritos, pero no. Disculpa, ahora mismo te pongo como un connotado más.
Muy bueno. 'Algo es algo' pensó esa bola de lomo en el mismo instante que lo hacía esa tapa de cuadril. Misión cumplida.
Una historia desoladora.
Compartir segementos de vaca y de soledad...
un abrazo
Publicar un comentario