Así como para algunos hay ciertas personas que solo al decir su nombre acarrean mala suerte, desgracias o disturbios el suyo, Martín Carranza, servía como contra hechizo siempre y cuando se utilizara con precaución debido al temor a su desgastamiento o posible fecha de caducidad.
3 comentarios:
no creo en la "suerte" creo en la vibra de las personas...que no dejan de causar la misma sensación creo yo...
Ah.... no sabía que había "anti-mufas"
Excelente post y microrelato, espero me de suerte. Y excelente blog. Saludos desde Madrid, España!
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