lunes, 28 de enero de 2008

Estructura

Ni el viento fuerte del sur, ni las lluvias del otoño, ni el corte feroz de sus ramas o la sequia insoportable del año pasado, ni el tumulto urbano o los pájaros robandole sus frutos, fue el dulce lamento de una guitarra quien conmovió a la higuera en toda su estructura.

5 comentarios:

Anilina dijo...

muerte a las higueras. no me gustan jajaja, perdon... la musica conmueve a todo ser vivo, siempre y cuando provenga del corazon ^^

Tempus fugit dijo...

Las higueras son árboles muy sensibles... ¡y bíblicos! Es el árbol que aparece más veces en la Biblia. Y una guitarra... estaba cantado.

un abrazo.

Eclipse dijo...

ufff me gustó muchísimo esto, como un golpe, una cachetada siniestra pero llena de vida. Qué habrá sido de la higuera desde entonces?

Maria Coca dijo...

De lo general a lo particular: un viaje sonoro que acaba en un aplauso: el mío.

Meche dijo...

Fuerte hasta que la toca la música? Por qué una higuera? No me gusta el higo. Pero sí el dulce lamento de una guitarra, que conmueve más que los vientos y lluvias.

Hey! Buen fin de semana para vos :)