viernes, 5 de octubre de 2007

Aires

Con la idea fija en que hay prefigurado un cielo para cada día, lloraba sola en un rincón de Madrid extrañando aquel perdido cielo de Buenos Aires que ya no podría llegar a conocer. Ya mas calmada hizo un gran esfuerzo por intentar engañarse y respiro fuerte buscando algo de esa lejana esencia que lamentablemente no pudo encontrar, entonces volvió el llanto, pero esta vez solo por un rato porque ya se acercaba la hora de arreglarse para ir a trabajar.

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