miércoles, 24 de octubre de 2007

Conveniencias

Ella solo estaba conversando con Joaquin y no se pusieron nerviosos cuando lo vieron entrar es que en realidad andaban preocupados por cómo se venían dando las cosas en el trabajo, con este jefe nuevo de porquería no era para menos. Las miradas esquivas, el silencio incomodo, todo aparente, una invención de su mente perversa, un puñado de persecuciones suyas pensó, como podía ella llegar a…no ni imaginarlo, era tan buena y decente, tan delicada en sus maneras que le pareció impensable, imposible. Así paso toda la mañana pensando en ello, dándole vueltas al asunto, pero al final opto porque lo mejor que podía hacer era creer su propia mentira, después de todo eso era lo más cómodo y conveniente para los dos.

1 comentario:

Maria Coca dijo...

No tuvo otra salida o quizá la salida fue la menos dolorosa, la que le convenía...

Estupendo relato.

Besos desde mi orilla.