jueves, 4 de octubre de 2007

Botas

Se van desconfigurando los diluvios en el cielo y las canciones mojadas de Juan Manuel resplandecen en el aire ya un tanto humedecidas bajo el techo de paja. Mientras tanto los niños comen galletas mirando el horizonte y esperando el ansiado permiso para salir a chapotear en medio de la noche sin alejarse demasiado de la casa, como ellos ya conocen, y así estrenar de una vez por todas sus radiantes botas nuevas.

1 comentario:

Andrea dijo...

Me suena tan familiar que creo haber vivido algo así alguna vez hace mucho tiempo...
Me encanta tu forma de relatar instantes de la vida captando la importancia, lo increíble, lo fantástico de lo cotidiano...
Un saludo cercano!