domingo, 14 de octubre de 2007

De otros yo

Aquella sensación en el hospital me mato del miedo, casi se muere y lo sabe, lo disimula como puede pero su cara no puede andar con rodeos conmigo. Reímos un rato frente a frente sobre la cama mirando el espejo de mano y puedo asegurarles que desde aquel susto, tanto yo como el nuevo reflejo mío que daba aquel espejo, empezamos a vivir mucho más en serio.

1 comentario:

Tempus fugit dijo...

A ése no hya quien lo engañe¡¡¡

un abrazo