miércoles, 5 de marzo de 2008
Conexiónes
Sentados en un banco del jardín botánico, la hermosa mujer le confesó a su amante que era hija de Venus y cierto demonio cuyo nombre no quiso recordar, y que gracias a su descendencia la condena que debía pagar era vivir excluida del mundo de la mitología y del cristianismo como una aparente y simple mortal. Luego encendió un cigarrillo y en sus ojos se adivinaba cierto alivio, ella no sabía que el objetivo casi estaba completo, que mientras el hombre a su lado escuchaba comprensivo aquella indiscreción y la distraía con caricias, estaba a punto de asesinarla pensando que en realidad hay ciertas extrañas conexiones que es mejor nunca se conozcan.
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2 comentarios:
Loco! Pero totalmente aplicable a la vida. "El pez por la boca muere", siempre me decía mi mamá. Hay cosas que es mejor callarlas.
Besos!
Creo que lo que se activó fué la íntima conexión ente el amor y el odio.
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