martes, 28 de agosto de 2007

Asesino

Clavo un puñal en su garganta y pronto el ambiente se tiño de sangre, después la señora de la casa recogió en silencio las tripas desparramadas limpiando el lugar, y todo cubierto de indiferencia el asesino quedo impune una vez más mientras su perro lo miraba secarse las manos con un trapo viejo. Sonrió levemente, bebió otro trago de vino y dijo orgulloso:
- Esta noche se come cerdo en casa .-

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