miércoles, 29 de agosto de 2007

Deudas

Apenas nació su padre le regalo un libro muy grueso lleno de páginas blancas, que por el momento él se encargaría de llenar por obvias razones. El mismo estaba destinado a incluir con lujo de detalle cada céntimo gastado, incluyendo tasas de interés y otros servicios, como techo, calefacción, comida, servicios varios, etc. desde su primer suspiro, hasta que cumpla la edad suficiente para dejar el hogar cualquiera que esta fuera. Apenas tuvo plena conciencia de este mecanismo y toda su perversa racionalidad abandono de inmediato el pueblo sin pagar un solo centavo a la corta edad de 6, pues en cuanto a las cuentas de su corazón el saldo negativo de amor y cariño obtenido de su padre superaba muy por lejos aquella pequeñísima deuda económica, además estaba seguro que por mucho que insistiera nunca iba a cobrar una pizca de buenos sentimientos ni siquiera en cómodas cuotas mensuales.

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