Cada vez que una persona le desagradaba sin algún motivo aparente, cantaba alguna canción que le resultara simpática en su cabeza para no molestarse demasiado e intentar cambiar su perspectiva, sin embargo si una persona le caía mal con causa y justificación repetía el proceso mental de cantar, pero con la sutil diferencia que ahora debía acallar esas inmensas ganas de clavarle un tenedor en los ojos.
miércoles, 29 de agosto de 2007
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