martes, 28 de agosto de 2007

El niño y la urraca

Un niño travieso atrapo a una urraca con una trampa y le dijo al oído que el espantapájaros no era un hombre de verdad, que estaba ahí solo para ahuyentarlas y luego la incentivo a que probara acercarse al maizal. Momentos después libero a la urraca que asustada escapo por los aires llevando el valioso secreto consigo. Jamás lo puso en práctica, no podía confiar demasiado en su secuestrador. Menos mal que no le creyó, porque si el niño se lo hubiera contado en otros términos mas confiables y distendidos, teniendo en consideración como corren los rumores en la actualidad entre las urracas, la cosecha se habría perdido en su totalidad.

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