martes, 28 de agosto de 2007

Los retoques de Alicia

Miro en el espejo alto del living como le calzaba el pantalón, se peino y retoco un poco, hasta que una amiga le jugó una mala broma poniendo otro espejo muy grande a sus espaldas, argumentando en tono burlón que lo hacía para que pudiera ver su parte trasera. Hoy se cumplen cinco días de estadía en aquel infinito laberinto lineal del que todavía no puede salir.

1 comentario:

Gata Vagabunda dijo...

¡Uy! En una ocasión viví una experiencia parecida. Fue de visita en el Museo de la Ciencia de Barcelona. Pasó un buen rato hasta que conseguí romper el hechizo...