miércoles, 19 de septiembre de 2007

Billetes

Con el poco dinero que tenía invento un juguete plástico que constaba en una imitación de un fangote de dólares, con la excusa que servía para atraer la buena fortuna. El plan salió de maravilla, le trajo demasiada suerte y vendió aquel producto por millones alrededor de todo el mundo, pero al poco tiempo se volvió loco, a tal punto que ya no podía reconocer las pilas de billetes verdaderos del suvenir que había creado.

1 comentario:

Mel Alcoholica dijo...

Tampoco yo sabría distinguirme de mis clones. Ni siquiera tengo la garantía de que el clon sea yo.

Eso me hace más rica, pero también más falsa.