Lectura de tostadas

La clave estaba en las tostadas, según como se las preparase sabría si valía la pena seguir con ella o buscar nuevos rumbos. Si le quitaba lo quemado y la cubría toda de mermelada era la indicada, si dejaba un margen grande en los bordes y todo el contenido en el centro, le faltaba algo que nunca podría tener, si le ponía poco dulce era avara, si le ponía mucho derrochadora, y así continuaba el inventario. Todo tenía su código perfectamente analizado y el plan seguía su curso, hasta que ella se apareció con un paquete de medialunas en las manos y tuvo que postergar su estrategia analítica de lectura de tostadas para otra ocasión.