Una buena música de jazz, un poema de una mujer desconocida, el calorcito de la primavera y una lluvia tenue, la entrada de Mariana con el pelo mojado y una sonrisa enorme protegiendo un pedazo de torta de frutilla que robo del trabajo y trajo especialmente para él.
- Cuantas lindas combinaciones en un solo instante- pensó.
Beso a Mariana en los labios, hoy estaba tan hermosa y radiante, y se pregunto como el destino se iría encargado de cobrarle esta vez por aquella buena racha, entonces sonó el teléfono y se le fruncio el estomago. Prefirió no atender.
viernes, 14 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
Mejor no contestes, mejor... sigue besando a Mariana! y que salga el sol por donde quiera...
Gracias por pasarte por mi blog ;) me quedo un rato mas por el tuyo si?
Besossssss
El llamado de la racha... mejor no estropear la buena.
Saludos
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